Aplausos
Un día tomó la decisión: su vida sería la música, y los aplausos de la gente el alimento de su alma. Y se sintió pleno. Por eso no entendió cuando, al intentar pagar -aplaudiendo- la cuenta del restaurante que alimentaría su cuerpo, el encargado lo invitó a retirarse…
No hay comentarios:
Publicar un comentario